lunes, 26 de julio de 2010

El yo que no soy yo

El yo que no soy yo

No sé tocar el piano,

El reloj nunca me ha dejado.

Me gusta ver nieve caer,

Aunque nunca he visto nieve caer

Soy solitario,

Vivo bajo un alejado arcoíris

Donde nunca he llegado la lluvia.

Me acompañaba un cisne,

Pero no le gustaba mi forma de tocar piano.

Se fue en octubre, creo que era primavera

O quizás un tórrido otoño.

Una tormenta seca vino a hacerme compañía.

La alejé sin más, que se buscase a otro

Ya tenía mucho trabajo llenando frascos

Con lágrimas de agonía.

Cuando llegó el invierno me construí un paraguas

Sólo para recordarme que las lagrimas no son lluvia

Y en verano lo ocupé de quitasol

Aunque no lo necesité pues el sol se alejaba de mis miradas.

No me gusta escribir,

No sé escribir, nadie me enseñó.

Leo poco, mejores son las historias de las lechuzas

O los chistes de los chanchos, pero no los puedo repetir.

Me miro en el espejo, pero no tengo reflejo

Me peino, aunque no me queda pelo.

No tomo alcohol, aunque siempre parezco ebrio.

Soy inventor, ayer cree una rosa.

Pero no me gustó y la lancé a la tierra.

Ojalá se pudra, era muy fea.

Quiero inventar el futuro,

Porque el pasado no me gustó.

Quizás allí no viva solo

Me llegue la lluvia

Y mi cisne vuelva a escucharme tocar el piano.





lunes, 19 de julio de 2010

Incorpóreo

Incorpóreo

Recuerdo una luna teñida de verde, nubes amenazantes y risotadas como música. No era un sueño, aunque así lo creyese. Cuando se sueña no se siente. Y yo te sentía tan cerca y mía que aquel momento debió durar una eternidad. Ilusión o mentira, invención mía quizás. Nada más lejano a la realidad ¿pero qué es real? Tú, por sobre todas las cosas.

Un abrazo incorpóreo, una sonrisa volátil, una memoria borrosa. Si llegase a conocerte, podría volver material lo que ahora es sólo reminiscencias de luz. Cuando cruce otra vez la mirada, no soportaré el dolor de pensar que hay lejanía, yo quiero que seas yo. Evocar tus ojos, mi ejercicio diario, será acaso predestinación. Habré nacido para poder admirarte en el silencio. O quizás Dios prepara el camino. Sabe lo incompleto que soy, me prepara para el gran día, cuando la mirada etérea mute en sonido de corrientosas cataratas y en una sola palabra pueda compartir mi ser contigo. Quizás sólo debo ser paciente y esperar….esperar en esta agonía que consume cada día.

Si es así. Deseo esperar por ti.


lunes, 12 de julio de 2010

El Retorno

El Retorno

La luz casi se extinguía cuando alcanzó a leer las letras. Después de eso, la completa oscuridad. Entre las tinieblas que se agazapaban como niebla a su alrededor, la palabra dio vueltas en su mente. Tenían pronunciación y validez fonética, pero semánticamente era vacía. No existía modo de definirla ni darle un significado, si es que existiera tal cosa en el universo.

Tanteando en su bolsillo logró sacar el último fósforo que le quedaba. Necesitaba leer aunque fuese una vez más aquella extraña palabra inscrita en el idioma del mundo, pero que en ninguna lengua del cosmos poseía sentido. Quizás su significado escapara de los hombres, sólo existiese en el cielo y la inmensidad de las galaxias. Tal vez a la humanidad le correspondiese buscar su significación como la única misión de su destino. Debía ser algo olvidado, pero que existía, por algo aquella palabra estaba allí. Por la vastedad de los siglos, ellos habían dejado de lado aquel vocablo, perdiéndose para siempre en la memoria del pasado.

Cuando la fugaz luz apareció, pudo ver las letras. Primero una “A”, seguida de una “M”, para terminar en una “O” y una “R”.

martes, 6 de julio de 2010

Sentimiento Letrado

Sentimiento Letrado


Me enamoré otra vez

Vuelvo a dormir contigo

Soñar con tus suaves besos.

Me haces compañía día y noche

En el dolor y la dulzura

Me aferro a ti

Como una metáfora a su símbolo.


Perdón.

Te fallé.

Una vez dije que fue por ti,

Para después negar que siempre te quise.

Hoy lo veo, hoy lo siento,

Eres yo, parte de mí, esencia de mi alma.

Materia inmaterial substancial

De la sangre que de la tierra

Fluyendo en mis manos movedizas.


Eres letras, como música ambulante.

Notas, en la escala de un pentagrama universal.

Me quieres, lo sé.

Porque estás conmigo.

Quizás me usas, para alabarte.

Para decirte lo hermosa que eres.

Pero no me importa.


Estoy embriagado de amor

De armonía, de encantamiento.

Eres lo que quiero, quise y querré.

La escritura de mi vida, palabras del cielo.

Duerme aquí de nuevo,

Alimenta mis sueños y guía mi esperanza.


Lo grito: te amo.

Vuelvo a ti, vuelves a mí.

Somos uno en la nada,

En la completa inmensidad del todo.

Lléname otra vez, belleza en sí misma.

Porque bebo de tu cáliz hasta el final de los siglos.

sábado, 3 de julio de 2010

La Prisión

La Prisión

"La tristeza es la cuna de inspiración de todo escritor."
Agatha Christie.

No sé por qué me gusta tanto el violín. Quizás porque siempre sabe a tristeza, a veces melancolía y en algunas ocasiones parece lluvia. No es que me guste estar triste, pero así tengo algo de qué hablar, una fuente de donde emane eso que quiero entregar. Como estoy recluso en esta prisión invisible, siempre tengo que escucharlo, así que mí placer es satisfecho diariamente.La que llaman Hija de la Reina es la que lo hace sonar, tarde tras tarde, casi como un ritual sagrado. Ya me sé siete canciones, después de haberlas oído tantas veces se encuentran escritas cual partitura marcada a dedo en mi mente, como en una pared babilónica. Las reproduzco al mismo tiempo en que los dedos de la niña recorren el cuerpo helado del violín mientras su mano desliza suavemente el arco por las cuerdas y la música se convierte en vida. En ese momento, surgen las imágenes y comienzo a hacer bailar el lápiz. Siempre es tristeza, no por ser lo más sencillo, si no de lo que más entiendo. Y me lo han dicho tantas veces. Que al leer mi poesía lloran, porque no entienden cómo las palabras los llevan a sentir esa agonía expresada en el papel, los trasporta hacia un sentimiento materializado como una opresión en el pecho que se traduce en pena, tristeza y luego llanto. Yo pienso que ellos viajan a mi mundo, de dónde vengo, mi prisión invisible.
Y de ahí me pongo a pensar en cómo escapar. Sé que es imposible, pero el propio hecho me hace dudar. Si ellos pueden venir a mi hogar ¿podría yo salir del mismo modo? Al leer lo que aquella dama con violín hace en mí, logran escabullirse hasta las paredes de la prisión que me encierra, pero luego logran salir. Porque yo siempre estoy solo aquí. Ningún alma me hace compañía, jamás.
Entonces si yo los leyese, si ellos escribieran de su mundo, yo podría escapar. A veces sueño con eso, con que escapo. Pero sé que es imposible. Cuando suena el violín, se escucha también la voz que dicta mi sentencia. Estoy apresado en mi propia mente, en un bucle cíclico que no deja de repetirse. La rueda del tiempo gira, pero cuando llego al punto final me encuentro igual que cómo empecé. Lo que único que cambia es la canción, que cada día me dice algo distinto. Hoy me dijo que contara una historia, de un hombre que habita un laberíntico castillo gigante, que en realidad es una celda. La celda está en su cabeza, no le permite escapar. Es prisionero de sus propios pensamientos incapaces de fugarse a otro mundo.Sí, la música ya terminaba. La historia estaba por concluir. Solo le restaba decir lo mucho que le gustaba el violín. No porque le gustase estar triste, pero así, tenía de qué hablar,una fuente de donde emanase eso que quería entregar