jueves, 26 de agosto de 2010

Historia Verídica

Hoy quiero compartir un cuente corto del maestro Julio Cortázar. No les tomará más de 1 minuto leerlo (dependiendo su nivel de lectura), pero a mi parecer en su lacónica extensión, radica su riqueza.

Historia verídica

A un señor se le caen al suelo los anteojos, que hacen un ruido terrible al chocar con las baldosas. El señor se agacha afligidísimo porque los cristales de anteojos cuestan muy caros, pero descubre con asombro que por milagro no se le han roto.

Ahora este señor se siente profundamente agradecido, y comprende que lo ocurrido vale por una advertencia amistosa, de modo que se encamina a una casa de óptica y adquiere en seguida un estuche de cuero almohadillado doble protección, a fin de curarse en salud. Una hora más tarde se le cae el estuche, y al agacharse sin mayor inquietud descubre que los anteojos se han hecho polvo. A este señor le lleva un rato comprender que los designios de la Providencia son inescrutables, y que en realidad el milagro ha ocurrido ahora.

FIN


lunes, 9 de agosto de 2010

Deseo


Tengo ganas de escribir. Algo. No sé qué. Un libro, una novela, un cuento o un poema. Pero algo. Que sea pronto, lo antes posible. Lo necesito, aunque hay una barrera que me impide dar el primer paso. ¿Será la falta de temática, ausencia de inspiración, necesidad de motivación extrínseca, quizás? Una amalgama de ellas diría yo. Quizás aún necesita conectar los cables de escritor que supongo existen en mi cerebro.

Aunque lo más probable sea el miedo. Miedo a no aceptar lo malo que pueda llegar a ser. Porque pienso que no avanzo en el sendero, que quizás he retrocedido. Tengo miedo a no saber ocupar el lenguaje, a aburrir, a fracasar, a no ser capaz.

Entonces el egoísmo se apodera de mí. No debo pensar en los demás. Esto lo hago por mí, solamente para mí. Porque no creo que deba escribir para terceros, pensando en lo que a ellos les gustaría. Menos aún, escribir pensando en publicar y ser éxito de ventas. Es casi como prostituirse, entregar algo de sí por el dinero. Algo que es tan propio, íntimo, que sale del alma. Es aquella mi visión personal, quizás en esto difiero con tantos escritores blogeros que habitan internet.

Quiero escribir. Pero aún no lo haré. Debo tomarme el tiempo, idear un proyecto en mi mente y prepararme. No esperaré inspiración mágica, ni una investigación mercantil. Aguardaré el momento exacto en que esté preparado. Lo haré por mí, egoístamente, pero también por entregar algo hacia los demás. Una verdad, un camino, una fuente. Entregar pedazos de existencia sobre mi persona. Inspirado en Kafka, como él dijo: "La literatura es siempre una expedición a la verdad".


miércoles, 4 de agosto de 2010

Al Borde

Al borde



Música para mí.

Solo escucho aquella canción.

— ¿Por qué cuando se manipula el tiempo, se piensa en detener el reloj?

—El reloj sólo gira

—El tiempo es una ola gigante, que manecillas nunca podrán detener.

— ¿Por qué la música nos transporta hasta el borde del recuerdo?

—La música son solo ruidos.

—Pero nunca entramos en el recuerdo, somos meros espectadores.

— ¿Por qué la memoria deja huellas en el sendero?

—La memoria es invisible.

—La memoria tiene alas para volar, jamás pisa el suelo.

Una canción atemporal, arruinada con risas burlescas, trae materia onírica hacia la penumbra de la conciencia. Soñar despierto, escribir de día, detener el tiempo, llegar al borde, saltar el precipicio y…

Volar.