Tengo ganas de escribir. Algo. No sé qué. Un libro, una novela, un cuento o un poema. Pero algo. Que sea pronto, lo antes posible. Lo necesito, aunque hay una barrera que me impide dar el primer paso. ¿Será la falta de temática, ausencia de inspiración, necesidad de motivación extrínseca, quizás? Una amalgama de ellas diría yo. Quizás aún necesita conectar los cables de escritor que supongo existen en mi cerebro.
Aunque lo más probable sea el miedo. Miedo a no aceptar lo malo que pueda llegar a ser. Porque pienso que no avanzo en el sendero, que quizás he retrocedido. Tengo miedo a no saber ocupar el lenguaje, a aburrir, a fracasar, a no ser capaz.
Entonces el egoísmo se apodera de mí. No debo pensar en los demás. Esto lo hago por mí, solamente para mí. Porque no creo que deba escribir para terceros, pensando en lo que a ellos les gustaría. Menos aún, escribir pensando en publicar y ser éxito de ventas. Es casi como prostituirse, entregar algo de sí por el dinero. Algo que es tan propio, íntimo, que sale del alma. Es aquella mi visión personal, quizás en esto difiero con tantos escritores blogeros que habitan internet.
Quiero escribir. Pero aún no lo haré. Debo tomarme el tiempo, idear un proyecto en mi mente y prepararme. No esperaré inspiración mágica, ni una investigación mercantil. Aguardaré el momento exacto en que esté preparado. Lo haré por mí, egoístamente, pero también por entregar algo hacia los demás. Una verdad, un camino, una fuente. Entregar pedazos de existencia sobre mi persona. Inspirado en Kafka, como él dijo: "La literatura es siempre una expedición a la verdad".
Aquel que escribe solo por el dinero o con el público en mente no es un verdadero escritor. Ahora, es evidente que todos deseamos que nuestras obras sean leídas, y si alcanzamos fama mundial, pues bien también, pero el asunto de fondo es el mensaje que intentamos transmitir. Mi idea es que todo aquel que se pone a escribir algo (una novela, un poema, un ensayo) es porque tiene algo que decir. el éxito es algo anexo, aunque lamentablemente en estos tiempos el mercado editorial manda y solo se publican libros que vayan a la segura. En su momento muchos grandes escritores vivían casi en la pobreza, privados de los placeres y lujos en los que viven los autores de Best Sellers de hoy. Si Poe viviera hoy sería millonario, su amada prima Virginia no habría muerto de tuberculosis y probablemente él no se habría abandonado al alcoholismo que finalmente lo mató. Pero no fue así, y de no ser por todos aquellos funestos acontecimientos, quizás hoy no conoceríamos a ese Poe que tantos admiran. En fin, creo que el camino de cada escritor es muy personal. Solo puedo agregar, ánimo! creo que tienes el don de comunicar por medio del lenguaje escrito, y como le decía a otra amiga bloguera, no te silencies a ti mismo.
ResponderEliminarMis saludos! y perdón si no me paso tan seguido por tu blog. Hago el esfuerzo de visitar a cada compañero de letras en este mundo virtual que es internet, pero no siempre me acompaña el tiempo o el ánimo. El mundo real consume mis energías, :P
Javier
Siempre he considerado que escribir es un proceso, aunque hay personas que no están de acuerdo conmigo. Para mí las inspiraciones mágicas no existen, escribir requiere un poco de disciplina. Es cierto que a veces nos sobreviene un sentimiento impulsivo, una idea rápida que nos ayuda a comenzar. Pero eso siempre va de la mano de un proceso metódico de escritura, dar forma, acomodar hasta que quedemos conformes -aunque algunas veces no llegamos a estar conformes nunca-.
ResponderEliminarCreo que siempre se escribe porque se tiene algo que decir, por lo tanto no se escribe para uno mismo. Pero lo que uno tiene que decir proviene del interior, de la necesidad de expresarse. Y en eso comprendo tu voluntad de tomarte un tiempo, hacerlo de a poco. Porque sé que no es tu intención alcanzar la fama, simplemente lo es entregar a los demás lo que hay dentro de ti. Y creéme que lo haces muy bien, y lo harás mejor con el paso de los años, si sigues cultivando ese don maravilloso e innato que tienes -y que no todos tenemos-.
Te quiero mucho, no desesperes, a veces vienen períodos de sequía. Pero ya llegará la abundancia, y en ti surgirán las palabras como en el desierto nacen las flores. Como el desierto florido.